El Porsche 911 tuvo su primer cambio de look. El denominado “modelo G” fue producido entre 1973 y 1989, el período más extenso que cualquier otra generación del 911.
El modelo G tenía paragolpes en forma de acordeón, una innovación diseñada para cumplir con las pruebas de choque en Estados Unidos. La protección de los pasajeros fue mejorada gracias a los cinturones de seguridad de tres puntos, que hacían parte del equipamiento de serie, así como los apoyacabezas integrados.
En 1974, se registró uno de los hitos más importantes de la historia del 911: Fue presentado el Porsche 911 Turbo, que venía con un motor de 3.0L, y entregaba 260 CV. Y en la parte trasera, el Porsche 911 contaba con un alerón trasero.